¿Qué es un amigo? Es un único alma que vive en dos cuerpos. (Aristóteles)

sábado, 12 de marzo de 2011

El artículo que no llego a la revista... madurado



Por no enviarlo a tiempo.


Se me antoja que nuestro carnaval es como las olas, a veces grande, fuerte, otras llega a la orilla de febrero suave y agradable con blondas de espuma nacarada o simplemente, no se distingue la ola en la inmensidad de la mar.

Pero año tras año seguimos golpeando en ese segundo mes, cortito, pero intenso para nosotros, la orografía urbana de nuestra ciudad, moldeándola con coplas, pasacalles, ¿charangas? y disfraces, queriendo hacerla nuestra, poseerla. No solo con las letras de una agrupación.

Maduramos, pero, nos pasa un poco lo que al niño único, que madura más lentamente que el que se cría con cinco hermanos. No sirven los carnavales de rabietas oficialistas y formulas quiméricas encastradas con calzador.

El catalejo de los autoproclamados “vigías” del carnaval, comunicadores que entremezclan ADN propio, con querencias personales en artículos y comentarios que debiera de ser asépticos en lo personal y lleno de conocimiento en lo técnico, menos egocéntricos y “ombliguista”, enfoca a diario con lentes demasiado partidistas.

Tenemos que mirar desde la proa, donde tenemos la popa, y no dar vueltas como tontos, como el perro que busca su rabo. Lo nuestro es Huelva.

Tenemos que apostar por la creatividad, solo eso nos hará singulares, dejar de aullarle a la luna, es mejor susurrarle al viento, que siempre ha sido el transporte ideal de los sentimientos.

Este año he “capitaneado” un nuevo “barco”, de los pocos que me quedaban en nuestro carnaval, La elección de damas y la coronación de las choqueras del carnaval colombino 2011. Lo hemos construido a maja y martillo, con una caja de herramientas, en la que en sus compartimentos guardaban muchos años de carnaval, solera, ganas, tiempo, esfuerzo, dedicación. Por un año hemos sido los Macgyver del carnaval colombino, creatividad, trabajo y pocos medios. La tripulación se lo merecía.

Seguro que llegamos a buen puerto. Un puerto, donde ¡como en cada puerto!, habrá gente esperándonos con las manos levantadas, otros la tendrán en los bolsillos, con el entrecejo fruncido. Los habrá de los que aprovechen para fumarse un cigarro, y comentar si el volante de la falda podría haber sido “así o asa”, o si el verde era mejor “esperanza”, que “aceituna”.

Como decía el capitán Tan, En mis viaje por todo lo largo y ancho de este mundo… (de este carnaval) me he encontrado a mucha gente.  El ruido de la sinrazónn  siempre suena mas que el silencio de la inteligencia, y hay personas que no saben nadar en su océano propio, pero le gusta navegar en mares ajenos.

Este es el inmenso mar del carnaval, tenemos que remar todos en el mismo sentido, saber distinguir la critica que construye de la que derrumba, publicitar la primemirar  y  mirar  el horizonte, no apoyar el carnaval “de mis santos cojones” ese no tiene tintes de libertad.

Todo el mundo esconde o disfraza sus “miserias”, elegimos la ropa apropiada para camuflar los michelines, el maquillaje idóneo, ponemos la mejor pose para una foto…

O somos más inteligentes, o no venderemos la burra. Solo marearemos la perdiz-

Manuel Fernández

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